Viernes, 23 de enero de 2015 - 12:48h.
Versión más deportiva con 150 CV
JUAN PABLO ESTEBAN
Ciudadano, extrovertido, alegre… y ahora también deportivo. Opel añade una cualidad más a su modelo urbano –a la espera del Karl que se posicionará en un escalón más accesible y utilitario-, de la mano del Adam S, la propuesta más atractiva de la gama en cuanto a deportividad se refiere. Y cuidado, porque ese carácter no sólo se aprecia en sus vestiduras más agresivas, sino también en una dinámica con muchas armas para sorprender más allá de la ciudad.
Después de su puesta en escena mundial en el pasado Salón de París, ahora hemos tenido la ocasión de probar este Opel Adam S antes de su llegada al mercado. Aunque en países como Alemania su comercialización arranca en febrero, en España tendremos que esperar hasta marzo. Una espera no muy larga, en cualquier caso. De momento te adelantamos nuestras primeras impresiones de conducción por las carreteras de Portugal en las que el Adam S ha demostrado ser un coche muy bien dotado para una conducción ágil y divertida.
Empecemos con lo nuevo. Ese aire desenfadado ya lo habíamos visto en el resto de la gama, pero ahora la marca alemana nos invita a conocer el lado más rebelde del Adam. La versión S nos recibe con una carrocería aderezada para la ocasión con un paragolpes frontal más pronunciado en su parte inferior, un alerón trasero en el techo, un paragolpes trasero sobredimensionado, los espejos en acabado carbono, además de montar llantas deportivas de 17 pulgadas (en opción pueden ser de 18 pulgadas y con las pinzas de freno pintadas en rojo).
Al igual que en sus hermanos de familia, las posibilidades de personalización son enormes; los diez tonos de carrocería se pueden combinar con otros cinco para el techo, con especial mención al nuevo color del techo ‘Red&Roll’ exclusivo del Adam S.
Con estos aditivos, el pequeño urbano refuerza su deportividad, acrecentando esa sensación de ser un coche ancho y corto (y lo es, porque apenas mide 3,7 metros de largo). Teniendo en cuenta su tamaño, las plazas delanteras gozan de una amplitud notable, no así las traseras, principalmente por una altura hasta el techo reducida. Por su parte, el maletero, de 170 litros, da cabida para dos maletas de mano.
Puertas adentro, el ambiente también gana enteros, aunque muchos de los detalles de diseño son opcionales, como por ejemplo, el paquete de cuero que incluye volante, palanca de cambios y freno de mano en piel negra y roja. También esperábamos que los magníficos asientos Recaro de nuestra unidad de pruebas –excelente en sujeción y relativamente cómodos- vinieran de serie, pero se quedan fuera del equipamiento estándar.
Más allá de la estética, lo cierto es que el Adam S tiene muchos atractivos. En cuanto al motor, recurre a un bloque de 1.4 litros turboalimentado de 150 CV. Es el más potente, con diferencia, de la gama, y hace gala de una respuesta muy resolutiva desde bajo régimen. Una buena reserva de par de 220 Nm, disponible desde 2.750 a 4.500 rpm, tiene la culpa de que se pueda circular en marchas largas incluso en la ciudad.
Es una mecánica que respira muy bien en toda su gama de revoluciones, y que ofrece prestaciones elevadas: 210 km/h de velocidad máxima, y sólo 8,5 segundos en alcanzar los 100 km/h. Su sonoridad tampoco es muy elevada, a pesar de gozar de un matiz deportivo, por lo que se puede utilizar sin ser un tormento para nuestros oídos. En cuanto a consumo, Opel declara una media de 5,9 l/100 km y unas emisiones de 139g/km de CO2. Viene con start/stop.
La relación de marchas es ciertamente corta. En ciudad, la primera y segunda velocidad apenas se usan más que para la salida, y el salto entre todas ellas es pequeño. Al salir del ambiente urbano, el Adam S cobra todo su sentido. Esta versión incluye un reglaje específico del chasis, con amortiguadores más rígidos, una estabilizadora delantera más gruesa, equipo de frenos OPC provenientes del Corsa (de momento, no se contempla la posibilidad de sacar un Adam OPC), y un software específico para la dirección que aporta un tacto más directo (según nos comentaron los ingenieros de Opel, esta nueva calibración se implementaría en el resto de la gama).
Todo ello proporciona al Adam un talante más aguerrido. Se siente muy aplomado, con tacto de coche más grande, y con una agilidad excepcional. Las suspensiones evidencian una puesta a punto más deportiva, siendo más secas sobre todo al absorber pequeños baches. Otro detalle deportivo: el ESP es desconectable.
A falta de conocer el precio para nuestro país, el Adam S costará en Alemania 18.690 euros. Aparte de sus buenas cualidades como vehículo deportivo, destacan varios elementos de equipamiento, algunos de ellos también presentes en otras versiones de la familia. A saber, el sistema de infoentretenimiento Intellilink –con su pantalla táctil a color de 7 pulgadas- permite una conectividad muy buena con nuestro teléfono móvil inteligente (funciona con las aplicaciones BrinGo para la navegación, o Stitcher y Tunein para la recepción de emisoras de todo el mundo). Y en el apartado de seguridad, merecen mención especial los sistemas de alarma de ángulo muerto y asistente avanzado de aparcamiento –el coche realiza las maniobras automáticamente tanto para aparcar en línea como en batería-, opcionales, eso sí.
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Opel Adam S
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