Lunes, 29 de septiembre de 2014 - 16:14h.
Desde 310.867 euros
FÉLIX GARCÍA FERNÁNDEZ, LONDRES
A pesar de su juventud -se lanzó en 2009- el Ghost se ha mostrado como todo un acierto para Rolls-Royce. Los clientes han respondido a un modelo más pequeño (por decir algo ya que mide 5,4 metros) y manejable que el Phantom con similar nivel de lujo y distinción. Ahora le toca refrescar su imagen y adoptar mejoras sobre un producto ya de por sí bastante redondo.
Londres fue el escenario de nuestra prueba.
Estéticamente presenta un nuevo frontal con grupos ópticos más grandes, un faldón delantero rediseñado, rejillas más bajas y unas aletas más curvadas. Como es obligado, la efigie del Espíritu del Éxtasis corona el vehículo, aunque ahora va algo más inclinada para que la vea el conductor.
Aunque la presencia del Ghost Series II es imponente, el interior es el que marca la diferencia. La madera lacada tiene un tacto impecable, como los cromados o la piel que inunda el habitáculo. El aislamiento es total (incluso aunque parte de la prueba transcurrió por el centro de Londres), lo que permite disfrutar aún más del sistema de audio especialmente fabricado y diseñado por Rolls-Royce para el Ghost.
Aunque el Ghost es un modelo bastante voluminoso (además de los 5,4 metros de longitud mide casi dos de ancho y pesa 2.360 kilos) nos ha sorprendido lo fácil que resulta adaptarse a él, incluso a pesar de circular por el lado derecho durante la prueba. Para maniobrar, además de contar con un buen radio de giro contamos con la ayuda inestimable de las cámaras de visión trasera y, sobre todo, la visión de 360 grados.
Pero más que la maniobrabilidad, el principal reto para los ingenieros de Rolls Royce ha sido mejorar el dinamismo del primer Ghost, sobre todo teniendo en cuenta que se ven condicionados por la obligación de equipar llantas muy grandes para mercados como el árabe o el americano, que demandan medidas de hasta 21” (la de serie es de 19”).
Para asumir eso la suspensión trasera ha sido profundamente revisada y el resultado no ha podido ser mejor: en las plazas posteriores del Rolls-Royce Ghost II no se aprecia merma de confort alguna y tampoco pérdidas de motricidad. Sin duda, su rodar casa con la espectacular comodidad que nos brindan sus butacas traseras independientes, orientadas la una hacia la otra para poder mantener reuniones de negocios en tan distinguida ‘oficina’.
El interior es de una factura intachable.
Si en lugar de trabajo, viajamos en plan relax los asientos posteriores nos brindan tres opciones de climatización, función de masaje y una pantalla para el entretenimiento situada en los respaldos de los asientos delanteros (hay conexión de internet a bordo). Todo ello controlado con un Touch Pad similar al de las plazas delanteras, con el Espíritu del Extásis grabado en el centro.
El conductor también goza de asientos rediseñados para mejorar el confort y la sujeción lateral. Desde ahí tiene una visión privilegiada del cuidado cuadro de instrumentos que se complementa con el display de información en el parabrisas, novedad en este modelo (un elemento que BMW, propietaria de la marca inglesa, ya ofrece en sus coches) y del equipo multimedia con pantalla de 10,25 pulgadas controlado desde el ya mencionado Touch Pad, que tiene propiedades táctiles (podemos escribir sobre su superficie caracteres ingleses, latinos, árabes y chinos).
Para montar el techo estrellado se necesita una semana de trabajo
El motor del Rolls Royce Ghost Series II es un V12 de 6.6 litros y 570 caballos. Los 780 Nm de par los gestiona una caja de origen ZF de ocho velocidades que actúa sobre las ruedas traseras. Pese al tonelaje, las cifras de prestaciones son de súper deportivo, con 4,9 segundos para el 0-100 km/h (cinco segundos en la versión de carrocería extendida). Eso sí, el consumo está acorde con ese potencial: 14 litros de promedio (nosotros durante la prueba y según el ordenador de a bordo promediamos 16,1 litros).
El motor es muy progresivo y homogéneo, pero transmite la potencia de forma instantánea generando una contundente sensación de empuje a la vez que escuchamos su melódico bramido. Además, incluso en carreteras viradas su dinamismo es sobresaliente. La dirección resulta muy precisa y apenas hay balanceo de la carrocería cuando hacemos un cambio brusco de dirección.
El paragüas oculto en la puerta es tradición en Rolls.
Aquí se nota de nuevo el buen trabajo en las modificaciones de la amortiguación y el apoyo de sistemas como la transmisión asistida por satélite (que viene de serie), que emplea la información del navegador para anticipar el siguiente movimiento del conductor. Por ejemplo, al aproximarnos a una curva abierta, el coche puede predecir cómo vamos a tomarla y ejecutar acciones como mantener la marcha más corta para garantizar que esté disponible la máxima cantidad de potencia cuando aceleremos al salir de la curva.
El precio del Ghost Series II se sitúa para España por encima de los 300.000 euros: 310.867 para la versión de carrocería larga y 352.950 para el batalla larga. Eso sí, la factura puede incrementarse con opciones como el techo ‘estrellado’ (casi infinitas luces de led simulan las estrellas) o si personalizamos alguno de los elementos del Ghost, de lo que se encarga la división Bespoke de Rolls-Royce (que modifica el 82% de los pedidos de este modelo). Todo es posible, siempre que sea legal… y de buen gusto.
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bercachia
Que categoria! guste a quien le guste nada supera en clase al rolls royce
aaron_gj
que dejen de hacer este tipo de versiones que no valen para nada, rolls royce wraith drophead yaa!!
AccipiterGentilis
#2 el Lamborghini de macarra que tienes puesto de foto si que vale para mucho, sobre todo por su clase y elegancia.
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