Viernes, 14 de marzo de 2014 - 10:23h.
913 CV, 350 km/h
JOAQUIM OLIVEIRA, MANAMA (BAHREIN)
Ahora que empieza la temporada de Fórmula 1 en Marca motor queremos sumarnos al fin de semana de estreno de la competición con la prueba del coche de calle más cercano a los monoplazas que existe hoy en día: el McLaren P1. Sus prestaciones, aerodinámica, tecnología… e incluso el nombre nos lleva a considerarlo, sin rubor, un F1 de calle.
El cockpit es casi de competición
Y si no, juzgad vosotros mismos: 913 CV de potencia, vuela de 0 a 100 km/h en sólo 2,8 segundos y alcanza los 350 km/h de velocidad máxima. Cualidades para conseguir la pole position en cualquier competición en la que se midiese con rivales de su talla. Eso es lo que significa su nombre: P1, ‘pole position’, que además es un lazo de unión con un modelo mítico de McLaren que muchos recordaréis: el F1.
Nos encontramos con este monstruo en Bahrein, su territorio natural porque el árabe será uno de sus mercados principales y porque visitaremos también el trazado de Sakhir, su terreno predilecto. De un primer vistazo, más que un coche parece una aeronave. El P1 está hecho 100% en carbono, desarrollado por completo en el túnel del viento y con una silueta que parece la de un avión de combate.
Nuestro anfitrión es Chris Goodwin, piloto de pruebas de McLaren, que define lo que tenemos delante como “el superdeportivo de carretera más rápido del mundo”. Nos queda claro. Paso bajo una de sus puertas ‘ala de gaviota’ y supero un ancho escalón para sentarme en su estrecho bacquet. En el cockpit hay algunos botones más que en el del MP4 12C, el motor ruge con más fuerza a nuestras espaldas y los frenos son más difíciles de modular, pero no hay que ser piloto profesional para conducirlo.
Pese a su altísimo rendimiento, es relativamente asequible de conducir
Para respetar al resto de huéspedes del hotel desde donde partimos, arrancamos en modo eléctrico. Sí, porque su sistema híbrido le permite también moverse sin contaminar. Pulsamos una tecla y tenemos una autonomía de 10 km con el propulsor eléctrico de 179 caballos. Pero si presionamos por segunda vez el botón de ‘modo eléctrico’, el V8 de gasolina se hace presente. Es un 3.8 con dos turbos al que se le han extraído 737 CV y 720 Nm de par, que combinados con la unidad eléctrica tienen la misión de mover los apenas 1.395 kilos que pesa. Menos que un compacto tipo Golf.
Estamos hablando de un ‘supercar’, así que no nos sorprende que la suspensión resulte muy dura, aunque de tarado razonable para el uso cotidiano (“no sólo sirve para rodar en Nürburgring, sino también para viajar hasta allí”, dice Paul Mackenzie, director del proyecto P1).
El alerón trasero es activo
Activamos el ‘launch control’ para saber qué se siente acelerando de 0 a 100 km/h en 2,8 segundos, de 0 a 200 en 6,8 y de 0 a 300 en 16,5 y descubrimos que según acelera se va pegando cada vez con más fuerza al suelo. Podría ir más allá de los 350 km/h que firma de punta, pero hay una limitación electrónica para evitar una locura así... Los números de frenada también son estratosféricos: sus frenos cerámicos, que cuentan con un recubrimiento muy duro que suele ser utilizado por los cohetes Ariane, detienen a la bestia en apenas 6,2 segundos desde 300 km/h.
La primera parte de la prueba transcurre por ciudad, carreteras y autovías, pero el P1 está pidiendo pista desde el principio. Llegamos al circuito de Bahrein, nos detenemos en la línea de meta y activamos el modo ‘Race’. 30 segundos después, cuando termina la cuenta atrás en el display digital, el cuerpo del P1 se pega al suelo otros 5 centímetros, los amortiguadores se endurecen en un 300% y el gran deflector trasero se expande 30 cm. para generar hasta 600 kilos de apoyo extra. ¿Resultado? Frenadas bestiales, giros de volante inmediatos, aceleraciones alucinantes... Todo, con la facilidad y seguridad de un videojuego.
Decíamos que estábamos ante un Fórmula 1 de calle y no exageramos. En el volante encontramos un botón azul del ‘DRS’ que, como en los monoplazas, reduce la resistencia al aire al bajar el deflector, y otro rojo con las siglas IPAS. Al pulsarlo el P1 se catapulta hacia delante como si se generase una descarga eléctrica de 100.000 voltios. Es como un KERS que dura medio minuto (en los F1 de 2013 sólo daba para 10 segundos) que aporta 179 CV.
Después de exprimirlo en todas las circunstancias no nos extraña que pese al millón de euros que cuesta (1.064.000 para ser exactos), las 375 unidades que conforman su producción estuviesen vendidas antes de entregar la primera, en octubre de 2013.
El P1 es espectacular desde todos los ángulos
FICHA TÉCNICA
MOTOR
• Motor térmico: Gasolina, central trasero, V8 con 3.799 c.c. 737 CV de potencia a 7.300 rpm y 720 Nm de par motor a 4.000 rpm
• Motor eléctrico: 179 CV y 260 Nm
• Rendimiento conjunto: 916 CV y 900 Nm (limitado para proteger el embrague)
• Transmisión: Propulsión trasera, cambio automático de 7 velocidades con doble embrague
MEDIDAS
• Largo/Ancho/Alto: : 4.588/1.946/1.188 (1.138 en modo ‘Race’) mm
• Batalla: 2.670 mm
• Peso: 1.395 kg
• Frenos: Discos carbo-cerámicos delante y detrás
PRESTACIONES
• Velocidad máxima: 350 km/h (limitada electrónicamente)
• 0 a 100 km/h: 2,8 s.
CONSUMO
• Mixto: 8,3 l/100 km
• Autonomía eléctrica: 11 km
• CO2: 194 g/km.
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El McLaren P1, en el circuito de Bahrein
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