Lunes, 22 de julio de 2013 - 11:04h.
La versión 4x4 con cambio DSG y 140 CV sale por 32.960 euros
Carlos Espinosa
Una marca como Skoda, que hace de la inteligencia de compra su lema, no podía carecer en su gama de un SUV como el Yeti. Sin tener un tamaño demasiado voluminoso (4.223 mm de largo, 1.793 de ancho y 1.691 de alto), a primera vista parece adecuado para desplazarse en recorridos interurbanos o urbanos, pero también para afrontar viajes en familia gozando de la generosa luminosidad que augura tanta superficie acristalada.
Skoda Yeti
Lo que el Yeti aporta a la gama checa es un toque de ocio superior al que ofrecía el Skoda Scout, versión campera con la que todavía no cuenta el nuevo Octavia. Es decir, altura libre al suelo para superar pequeños baches y tracción total para seguir adelante en superficies embarradas, nevadas o arenosas o pedregosas.
Por dentro se descubre un diseño muy del estilo Skoda, con un cuadro de relojes que se lee con absoluta claridad y una disposición de los mandos perfecta, aunque la pantalla del navegador mejoraría si estuviese situada a mayor altura.
Las butacas no pretenden ofrecer una gran sujeción lateral pero sí con amplias y confortables. Se trata de una comodidad que también se ha buscado en las plazas traseras, donde los acompañantes juegan con la ventaja de un buen espacio para las piernas y los suficientes huecos para guardar los objetos de mano. Lo único que se le puede achacar al interior es la excesiva sobriedad, demostrando que el Yeti quiere ser por dentro un coche práctico antes que llamativo.
Respecto al maletero, 405 litros puede ser suficiente para cinco ocupantes que tengan por delante una semana de vacaciones, aunque ya anunciamos que no sobrará ni un milímetro cuadrado de espacio, como sí nos sucedería, por ejemplo, con el espectacular maletero del Octavia Combi (610 litros).
Skoda Yeti
Hemos probado la versión 2.0 TDI de 140 CV con tracción 4x4 y cambio DSG de seis velocidades. Es decir, el escalón intermedio en la gama diésel (hay también 110 y 170 CV) con las mayores dotes de eficacia en pistas y la más rotunda sencillez de conducción.
Se trata de un coche eficaz en asfalto, bien dotado para mantener cruceros a velocidades ‘alemanas’ sin que le pasen factura ni las blandas suspensiones ni la insonorización, bastante bien resuelta. Cuando la carretera se acaba y la población surge ante nosotros tiene en su cambio DSG de doble embrague a su mejor aliado, ya que el paso de una relación a otra se hace sin tirones ni vacíos de potencia. Y fuera del asfalto es capaz de llegar muy lejos por capacidad de agarre, aunque no por altura libre al suelo.
La versión Elegance que pasó por nuestras manos lleva el mayor equipamiento de la gama: llantas de 17”, cristales traseros y laterales oscurecidos, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, tapicería de cuero, climatizador, navegador, faros bi-xenón… Todo ello cuesta 32.960 euros, aunque hay un Yeti diésel (de 110 CV) desde 24.160 euros.
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Skoda Yeti