Lunes, 19 de enero de 2009 - 19:29h.
PARA CARRETERA CON POSIBILIDADES CAMPERAS
CHARO SARDINA
Los tiempos de crisis obligan a aquilatar gastos, a reducir necesidades, a pensar con la razón. Y ésta es la filosofía del Q5 que, diseñado a imagen y semejanza del exitoso Q7, pone en el punto de mira del ciudadano de a pie un todocamino Premium mucho más asequible.
El nuevo Q5 es un coche mucho más racional y práctico que su hermano el Q7. Ofrece una gama con tres motorizaciones, un TDI de 170 CV, que ya hemos probado en estas mismas páginas, un gasolina TFSI de 211 CV y el que ahora nos ocupa, el 3.0 TDI V6 con 240 CV, que cuesta 51.900 euros y que se coloca en lo más alto de la oferta del nuevo todocamino de los cuatro aros.
Con el V6 de 240 CV, el Q5 se convierte en un SUV muy rutero, con aptitudes eminentemente asfálticas pero que no renuncia a un buen paseo por el campo, por pistas forestales en buen uso o por terreno deslizante.
El propulsor V6 ofrece un gran empuje desde la parte más baja del cuentavueltas y también a un cambio de marchas S tronic de accionamiento secuencial de siete velocidades, muy confortable en el modo automático y muy rápido en manual. Las posibilidades camperas se apoyan en el ESP desconectable, importante para seguir adelante en una subida con firme deslizante, y en el control de descenso, que nos permite una bajada segura por una pendiente muy inclinada y que funciona de una forma muy eficaz.
Sin embargo, el Audi Q5 está pensado para la carretera, (opcionalmente puede montar llantas de 20” aunque las de serie son de 18”). Es un coche asentado, más bajo que la mayoría de sus rivales y transmite buenas sensaciones al volante gracias a su posición de conducción y también a su esquema de tracción permanente a las cuatro ruedas.
Por 365 euros se puede montar el ‘drive select’ mediante el cual y con una tecla situada en la consola central se controla todo el funcionamiento del vehículo. Ofrece tres posiciones: Confort, Auto y Dynamic, a las que se añade otra, la Individual, más personalizada y que gestiona, en función de la posición elegida, el acelerador, la servoasistencia de la dirección y el cambio S tronic en todo momento. Además, si dispone del sistema de amortiguación regulable, que cuesta otros 1.345 euros, con los mismos mandos se gestiona también la dureza de la suspensión al modo de conducción elegido en cada momento. Los más expertos, que busquen el máximo de eficiencia optarán por la Dynamic, mientras que para los conductores convencionales la posición Auto e incluso la Confort serán más que suficientes.
En cuanto a los consumos, nos han sorprendido gratamente. Pese a su potente motor y durante los días de prueba hemos podido conseguir, por autopista, carreteras viradas y alguna pista con terreno deslizante, una media que no ha llegado a los 10 litros/100 km, lo que no está mal en un coche de este tipo y con esta potencia.
El Audi Q5 está equipado a la última. Entre las muchas opciones también ofrece el ‘braking guard’, un sistema que detecta cuando la distancia al vehículo de delante es insuficiente. En una primera fase el coche emite un aviso sonoro y muestra una imagen en la ventana central del cuadro y, si el conductor no reacciona, el coche frena por sí solo para evitar un posible impacto y para llamar la atención de su conductor.
Entre todas estas bondades hay que ponerle una pequeña pega a este Q5, un fallo que creemos que un coche de este calibre no se puede permitir: la mala insonorización del habitáculo que no filtra la rumorosidad y que tolera que el ruido exterior entre claramente en el habitáculo. El de rodadura y el aerodinámico no pasan desapercibidos aunque bien es verdad que el motor es bastante silencioso.
El Q5 es un cinco plazas que ofrece confort interior y un buen maletero. La terminación ha sido cuidada con detalles de aluminio, cuero y asientos de corte deportivo. Los mandos están al alcance y el sistema MMI, mejorado con posibilidad de movimiento en ocho sentidos, permite controlar de forma intuitiva el navegador, que dispone de pantalla de 6,5”, el sistema de audio, el de suspensiones -aunque para esto existen unas teclas en la consola-... El maletero dispone de una capacidad mínima de 540 litros, ampliable, con cierre eléctrico opcional y red de separación de equipaje de serie.
Aunque de serie va bien equipado con ocho airbags, reposacabezas activos, control de estabilidad, de tracción, de velocidad, tracción total, volante multifunción, climatizador, retrovisores eléctricos abatibles, mando a distancia..., la lista de opcionales pueden configurar un vehículo casi a la carta. Así, previo pago, podemos encontramos elementos como el control de crucero adaptativo en función de la distancia al coche anterior, la amortiguación regulable, los faros Xenón Plus y adaptativos, el control de presión de los neumáticos, la dirección dinámica, el asistente para el mantenimiento y cambio del carril, la ayuda al aparcamiento, los asientos regulables eléctricamente y con calefacción, el techo panorámico de cristal, el arranque sin llave...